Jornada de lunes en el pasto de Londres, tras el descanso de ayer, el último, pues a partir del próximo año se jugará el domingo y la continuidad fue con el Manic Monday, que no aplica para Novak Djokovic y que lo sufrió Cristian Garín.

Al menos en Wimbledon 20201 eso quedo claro, En el día más caótico del torneo, donde multitud de compromisos se amontonan y seguir simultáneamente todos los partidos parece una heroicidad, el serbio se lo puso bien fácil a sus seguidores: en apenas 1 hora y 49 minutos.

En ese tiempo dio buena cuenta de Cristian Garin por 6-2, 6-4 y 6-2 y se plantó en los cuartos de final del torneo, una ronda que conoce a la perfección y que le deja a solo tres escalones del ansiado objetivo: una nueva corona en Wimbledon, la número #20 de Grand Slams.

Lo cierto es que el partido tuvo poca historia desde el primer juego… literalmente. Como si de una premonición se tratase, el jugador serbio iniciaría el compromiso de hoy rompiendo el saque del chileno en blanco, con la misma autoridad con la que surcaría unos mares nada turbulentos durante el resto del partido.

Los ocho primeros puntos del duelo tuvieron color serbio, lo que provocó un estruendo de alegría contenida en la grada cuando Garin celebró su primer punto. Sí, su primer punto en un  primer set que fue una absoluta exhibición del número uno del mundo ante un Garin nervioso, absolutamente superado por pisar por vez primera La Catedral.

El chileno apenas podía poner su primer saque en juego, apenas se soltaba con la derecha… y, cuando lo hacía, siempre encontraba la resistencia de alguien que juega protegido por una aureola de ganador que se agiganta con el pasar de los días. Nole solo perdió un punto con su saque en toda la primera manga, que se decidió en apenas 23 minutos y que dejó a las claras que no quería sustos en el día de hoy.

El guion no cambió en el segundo set, puesto que el serbio seguía comandando en marcador y sensaciones, pero sí que se enriqueció con varios ajustes tácticos que radicaron en la mayor valentía de Garin. Cristian se dio cuenta de que era él quien no tenía nada que perder y se soltó un poco más, mirando de tú a tú a Nole en el plano de las dejadas y atreviéndose con el revés paralelo en contadas ocasiones.

Djokovic, como si supiese que su 100% volvería el partido un trámite de apenas una hora, dio un poco más de cancha al chileno y bajó sus prestaciones al resto, provocando un par de grandes puntos en varios juegos que se marcharon al deuce.

En este segundo parcial se vivió el clímax del encuentro, pero Novak no tenía ninguna intención de que se prolongase demasiado en el tiempo. Cuando más importa, el serbio metió una nueva dentellada, aceleró el ritmo y rompió a 15 su rival para cerrar más tarde el parcial con un 6-4. Ahí se marchaba la última gota de esperanza para Garin, que veía como la montaña se hacía prácticamente imposible de escalar.

Image

El tercer set no fue mucho más que una mera formalidad, una manera de pasar más tiempo en pista para un número uno del mundo que pone sus ojos en cotas mucho mayores. Sería duro decir que el chileno no dio la talla hoy, pero pocos escenarios pueden intimidar más a un rival que medirse al número uno del mundo en el que se está convirtiendo en uno de sus jardines predilectos.

Ahora el serbio espera por el hungaro Marton Fucsovics que derrotó al ruso Andrey Rublev por 6-3 4-6 4-6 6-0 6-3, en cuartos de final, pero Nole no mira más allá de las rondas: poco importan los rivales cuando juegas con semejante estado de autoconfianza. Un paso más de cara al tan ansiado #20 Grand Slam.

About Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *