Los secretos de las medallas en los Juegos Paralímpicos
Las medallas tienen muchos detalles de la cultura nipona, como los abanicos o el ‘ichimatsu moyo’
En los Juegos Paralímpicos de Tokyo 2020, 4.400 deportistas buscarán colgarse del cuello una de las medallas repartidas en las 539 pruebas ( 272 masculinas, 227 femeninas y 40 mixtas). Estas preseas un escaparate del país, ya que tanto en la parte del metal, como en la cinta o en el estuche, están llenas de detalles de la cultura nipona. Además de ser un ejemplo de inclusión y mirada al futuro.
Para desarrollarlas, llevaron a cabo dos proyectos: un concurso para el diseño y otro llamado “Proyecto Medalla”. Este último consistió en la recogida de pequeños dispositivos electrónicos, los cuales se reciclaron para hacer tanto las olímpicas como las paralímpicas. Fue un éxito rotundo, la población japonesa se volcó, participando el 90% de ciudades, pueblos, barrios… En apenas dos años, de abril de 2017 a marzo de 2019, se consiguieron las 78.985 toneladas necesarias para producirlas.
En cuanto al concurso de diseño de las medallas paralímpicas, lo ganó Sakito Matsumoto, diseñadora de la prefectura de Chiba. Quiso mostrar su país a través de uno de sus símbolos principales, el abanico. Estos crean una pequeña corriente de aire que ayuda a refrescarse, y precisamente eso es lo que se quiere representar: los Juegos son una fuente de aire fresco y nuevo, que van a refrescar a todas las personas del mundo.
Los Juegos Paralímpicos, el ‘kaname’ de los deportistas
Otro de los elementos claves de los abanicos, y que también se ha representado, es el ‘kaname’ o pieza que une todas las hojas de este. Su representación es una metáfora de los Juegos Paralímpicos como unión entre los países y los deportistas, independientemente de su cultura, origen o situación.
Pero no terminan ahí este motivo, las hojas del abanico también están decoradas, con la intención de transmitir la “vitalidad de los corazones”. Para ello, se han realizado grabados con diferente grosor representando rocas, agua, hojas, flores y madera, creando una sensación excepcional al tacto.
Además, por primera vez en la historia de los Juegos Paralímpicos, se han añadido detalles a las medallas pensando en los deportistas con discapacidad visual. Debido a la regulación del Comité Paralímpico Internacional, en el anverso de las medallas estará inscrito “Tokio 2020” en braille. También en el lateral, las preseas llevarán hendiduras en forma de círculo para que se pueda diferenciar con el tacto qué tipo de medalla es. Un círculo representa el oro, dos la plata y tres el bronce.
Al igual que las olímpicas, en el lateral, llevarán escritas en inglés la prueba a la que corresponden cada una. En relación a la parte más técnica, su diámetro es de 85 mm y el grosor va de 7.7 mm a 12.1mm. Las de oro pesan en torno a 526 gramos, las de plata 550g y las de bronce 450g. Pero como se dice comúnmente, no es oro todo lo que reluce, y es que las preseas doradas son de plata pura con un baño de oro de 6 gramos. Las de plata si son de plata pura, y las de bronce de latón rojo, siendo la composición: 95% de cobre y 5% de zinc.
‘Ichimatsu moyo’ y ‘kasane no irome’ en la cinta
Sin embargo, en el diseño no solo se tiene en cuenta la parte del metal. En cuanto al de la cinta, siguen dos tradiciones japonesas, un poco modernizadas. El ‘ichimatsu moyo’, que consiste en unos patrones de cuadros armonizados, y las ‘kasane no irome’. Estas últimas son las técnicas en las que se basan los kimonos japoneses, y expresan las combinaciones de colores para las capas de estos atuendos, que además varían dependiendo de la época del año.
En concordancia con el diseño de las medallas, la cinta cuenta con unas líneas convexas hechas de silicona, que permiten diferenciar si el metal es oro, plata o bronce, simplemente tocándolas. Para la confección, también se tuvo en cuenta el medio ambiente, porque se ha fabricado con fibras de poliéster recicladas químicamente. Al producirlas, se libera menos CO2. Este material, además ayuda a que sea más duradera y pueda tener los colores de la edición.
Técnicas artesanales y ancestrales para guardar este tesoro
Por último, todos los medallistas también reciben un estuche para guardarla. Este está hecho con madera de tamo, una especie de fresno japonesa. Los artesanos nipones los hacen con sus técnicas ancestrales y sofisticadas. Una vez están hechas, se pintan en un color índigo muy típico del país.
Para remarcar lo única que es cada medalla, así como la diversidad que representan tanto los Juegos Olímpicos como los Paralímpicos, tienen un patrón de fibra de madera diferente cada uno, por debajo del color índigo.
Todos estos detalles y secretos de las medallas paralímpicas responden a la imagen de Tokyo 2020: “la innovación de la armonía”. Reflejando así, el país nipón, Tokio y la “unidad de la diversidad”, otro de los principios de la visión de esta edición.