Wang Wenbin, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, denunció en rueda de prensa que la decisión de Canberra viola seriamente los principios de neutralidad y unidad en el deporte.

China presentó hoy una protesta formal ante la representación de Australia aquí, en respuesta al boicot diplomático de dicho país a los 24 Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno Beijing-2022.

Wang Wenbin, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, denunció en rueda de prensa que la decisión de Canberra viola seriamente los principios de neutralidad y unidad en el deporte, además de dar la espalda a los atletas y fanáticos de todo el mundo.

Rechazó el uso de los juegos como plataforma para la manipulación y aseguró que nada impedirá a Beijing celebrar la cita con éxito. “Esto demuestra completamente la lealtad ciega del gobierno australiano con otros países, al punto de desconocer lo correcto de lo incorrecto”, acotó Wang.

Más temprano la embajada china en la nación oceánica también criticó a la administración del primer ministro Scott Morrison, tras conocerse que no enviará representantes de su Ejecutivo a Beijing-2022 por el supuesto genocidio, establecimiento de campos de reeducación y abuso a las etnias de la región autónoma uigur en Xinjiang.

Pero el mandatario indicó que los deportistas sí competirán en la lid y, de hecho, el Comité Olímpico Australiano ratificó la presencia de la delegación con 40 miembros, aunque respeta la decisión oficial. El movimiento de Morrison siguió al de Estados Unidos y China prometió responder con contramedidas.

Ayer Beijing advirtió a Washington que con su actitud solo perjudicará el diálogo y la cooperación bilateral en áreas importantes y asuntos internacionales. “Estados Unidos pagará el precio de su error (…) intenta interferir en las olimpiadas de Beijing con prejuicio ideológico, y basado en rumores y mentiras”, precisó en rueda de prensa Zhao Lijian, vocero de la Cancillería.

Aparte de los dos aliados, otras potencias como Reino Unido y Canadá también promueven un boicot internacional contra los juegos por el supuesto maltrato en Xinjiang, con fuerte presencia de musulmanes. China negó en reiteradas ocasiones esas acusaciones y auguró el fracaso de una campaña dirigida a politizar las competencias, que convertirán a su capital en la única urbe del planeta en albergar ambas variantes de la lid internacional tras ser anfitriona de la versión veraniega de 2008.

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