El noruego protagoniza una exhibición en Lievin y se convierte en el primer hombre en bajar de 3:31 (3:30.60)

Da igual que su padre Gert anunciase hace unos días que abandonaba el clan al menos momentáneamente. Ahora es su hermano Henrik el que lleva la libreta. Tampoco importó que la segunda liebre, el veterano estadounidense Sowinski, no llegase hasta los 1.100 como era el objetivo.

Todo se puede poner en contra, que florecerá Jakob Ingebrigtsen, un mediofondista de época, que arrojó un récord mundial en los 1.500 metros. «Adoro acabar fuerte», dijo después de haberse convertido en el primer atleta de la historia en bajar de 3:31 en la distancia.

Con 3:30.62 acabó con el récord del etíope Samuel Tefera de Birmingham 2019 (3:31.04), el africano que intentó, iluso, echarle el aliento durante alguna vuelta del meeting de Lievin. En un final durísimo, Jacob le sacó más de media recta, más de 3 segundos. Su elegante zancada, su determinación, su ritmo sostenido por encima de los 25 km/h sigue enamorando.

El chico noruego sigue sorprendiendo. Parece caído en una marmita. Siempre está en forma el campeón olímpico. El año pasado irrumpió en la temporada, la de después del confinamiento, con el récord de Europa (3:31.80); este lo ha hecho con el planetario.

Por detrás, Ignacio Fontes y Saúl Ordoñez acabaron tercero y cuarto. El granadino, 23 años, en un año trascendental en su carrera terminó en 3:37.39, 60 centésimas antes que Saúl, ambas mínimas para los Mundiales de Belgrado.

Jakob Ingebrigtsen bate el récord mundial en pista de 1.500 metros  (3:30.60) | Sports | Naiz

Mechaal conserva el récord de 3.000

La otra prueba del fondo que más atención despertaba fue el 3.000. A Mo Katir se le apuntaba como posible candidato a batir el gran récord de Europa de Adel Mechaal (7:30.82). El atleta de Mula, que se ha refugiado en Sierra Nevada, al lado de los Ingebrigtsen y sus tapices rodantes, fue séptimo en una prueba que no cumplió el guión.

Ni ganó Barega, que había pedido liebres para pasar el 2.000 a 4.58 y asaltar el récord mundial, ni Katir hizo su marcón. Ganó Girma (7:30.54), por delante del mencionado etiope (7:30.66). La sensación española de los últimos tiempos fue séptimo, seguramente algo disminuido por la Covid que tuvo semanas antes.

Estuvo valiente cuando a falta de 1.800 metros, viendo que las luces verdes, la que marcan el récord del mundo, estaban a una distancia sideral intentó avivar el ritmo. Terminó devorado por el grupo. Nada importante en un año que se va a hacer largo a los atletas con dos Mundiales y un europeo al aire libre por delante.

Además, en los 60 vallas, con una gran actuación del español Enrique Llopis, cuarto con 7.62, el estadounidense Grant Holloway prolongó su 45 de 45 en victorias, incluyendo también series. Ganó con 7.35, por delante del francés Pascal Martinot-Lagarde (7.46).

Grant Holloway breaks 60m hurdles world record in Madrid

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