Cómo juegan los hijos de Scottie Pippen y Shaquille O’Neal que fueron fichados por los Lakers

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 Los Ángeles Lakers apostaron por Shareef O’Neal y Scotty Pippen Jr. para reforzar su equipo en la Summer League y su filial de los South Bay Lakers de la G-League.

Los hijos de Shaquille O’Neal y Scottie Pippen no fueron elegidos en la noche del Draft del jueves pasado. Sin embargo, Los Ángeles Lakers apostaron por Shareef O´Neal y por Scotty Pippen Jr. y los probarán para analizar el potencial que tienen para formar parte del roster de la próxima temporada.

Shareef O’Neal se presentó al Draft 2022 de la NBA a pesar de la opinión de su padre, que le recomendó seguir jugando una temporada más con LSU en la NCAA. El joven pivot de 2,11 m. y 22 años entrenó con los Lakers antes del Draft aunque finalmente no fue seleccionado. Jugará la Summer League en la pretemporada para demostrar su potencial y conseguir un contrato con la franquicia angelina.

Por el lado de Scotty Pippen Jr., los números que consiguió en la Universidad de Vanderbilt no fueron suficientes para ser elegido en el Draft de la NBA. El hijo de Scottie mide 1,85 m., tiene 21 años y promedió 20,4 puntos y 4,5 asistencias por partido en la NCAA. Sin embargo, su poca estatura y sus condiciones atléticas generaron desconfianza entre los ojeadores. Los Lakers depositaron su confianza en él y le ofrecieron un contrato two-way, que le permitirá jugar tanto en la NBA como en la filial que tiene la franquicia en la G-League, los South Bay Lakers.

Shareef no cuenta con el talento que tenía su padre y está lejos de tener el físico que tenía Shaquille a su edad. En la última campaña sólo jugó 9,2 minutos en 14 partidos, promediando 2,9 puntos, 2,1 rebotes y un 50% de campo.Mide 2,08 metros y pesa 100 kg. En sus primeros años de secundaria fue considerado un prospecto interesante pero sufrió algunas lesiones que influyeron en su rendimiento. Posee una gran inteligencia para moverse y defender con movilidad además de que aporta desde el ataque perimetral, aunque no es un atleta explosivo. La mejor virtud que demostró en la NCAA fue su habilidad para salir rápido en transición y ganar los rebotes, ya sea defensivos o en ataque.

Por el lado de Scotty, tiene un juego muy distinto al que tenía su padre y podría asemejarse al de Jalen Brunson o Chris Chiozza, bases pequeños pero con fortaleza física y recursos para penetrar hacia el tablero y anotar en la pintura. El jugador de 21 años puede crear sus propias jugadas en ataque y atacar desde el pick and roll. Es un jugador inteligente y hábil para realizar fintas y otros movimientos para esquivar a sus defensores. Si bien es un gran ladrón de balones (2,1 robos cada 40 minutos), no se destaca en la defensa en el 1 vs 1 y le faltan todos los criterios defensivos que tenía su padre. Además, no se destaca por ser un asistidor y tampoco es un triplero confiable (34% en triples jugando en la NCAA).

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