Sufrieron en la primera mitad, pero lo destrabaron en el tercero con un Curry letal, la aparición de Poole y, sobre todo, defensa e intensidad. Con marcador 1-1 el miércoles el juego 3 en Boston.

Perder otra vez en casa (hubiese sido la quinta final consecutiva con derrota de local), algo así como quedar al borde del abismo, y por eso, como había dicho Steph Curry, «había que ganar como sea», y ganar como sea para estos Warriors es sin el lucimiento de siempre, aunque algo de eso tuvieron. Era arremangarse, jugar físico, duro, defender al límite y prenderle una vela al propio Curry.

Así arrancó a romper un partido que, en la primera mitad, fue un parto, porque Boston empezó muy derecho de 3 puntos (llegó a ir 8/13), porque Tatum metía los tiros contestados, porque Brown anotaba en transición, tanto de 3 como de 2, y porque el local seguía supeditado a lo que generara Curry, que se sabía no iba tener prácticamente descanso tras la derrota del jueves.

Green, a su manera, buscó contagiar entusiasmo (no tanto puntos), pero Thompson y Poole seguían desaparecidos, y Boston le sacaba provecho. Le sacó 9 en el primer cuarto, pero cuando Curry entró en acción con sus tiros y penetraciones, el resultado se emparejó y GS pasó al frente al finalizar el primer cuarto.

El segundo fue parecido, pero con Boston desaprovechando su chance de dominar el score al tener muchas pérdidas no forzadas. Se puso 5 arriba (35-40), y ahí pareció que los Warriors dijeron basta. Curry tomó el control del ataque, Wiggins se convirtió en el principal aliado del base para anotar, todos defendieron al límite y así lo dieron vuelta-

Pero fue en el tercer cuarto donde rompieron el resultado, porque si bien fue Curry el que metió la primera marcha, con 8 puntos rápidos que le dieron 12 de luz, la diferencia fue un cierre de período monumental de Poole, con dos triples de 9 y 12 metros, para poner 23 de luz (87-64).

En Boston bajaron la energía defensiva, bajaron la puntería (de aquel 8/13 triples pasaron a 4/15), y como que vieron que el partido no daba chances para una remontada como 72 horas antes, con lo cual bajaron los brazos y solo cumplieron para llegar al final, dándole descanso a Tatum, que había jugado casi todo el partido, y luego a Brown.

Ambos habían hecho una primera mitad fabulosa (36 puntos, con 11/28 de cancha), pero se pincharon en la segunda (9 y 2/8). Los Warriors esta vez no tuvieron sustos en el último cuarto y ganaron 107-88, para poner la serie 1-1. Curry, con 29 puntos, fue la figura, esta vez con ayuda de Poole (17), Wiggins (11) y Looney (12).

Thompson también sumó 11, pero con un horrible 4/19 de cancha. Esta vez, los actores secundarios de Boston no aparecieron: Horford sumó 2 puntos, al igual que Smart. Tatum, goleador con 28. El miércoles, juego 3, ahora en Boston.

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