Kiptum logra en el Maratón de Londres la segunda mejor marca de la historia
Cruzó la meta con un tiempo de 2:01:25, a tan sólo 16 segundos del logro mundial de Eliud Kipchoge
Una constelación de estrellas, hombres y mujeres, afrontó bajo la lluvia intermitente la 43ª edición del maratón de Londres, uno de los seis majors. Eliud Kipchoge dio la salida y, en la llegada, Kelvin Kiptum casi le había arrebatado la marca l mundo (2:01:09). Kiptum, también keniano, hizo 2:01:25, la segunda mejor marca de todos los tiempos y se postuló definitivamente como el hombre que puede lograr la primera.
Kiptum tiene oficialmente 23 años y cumplirá 24 el 2 de diciembre, un día antes de la celebración del maratón Trinidad Alfonso de Valencia, en el que, debutante en la distancia, saltó a la fama el pasado año y al que podría regresar con la certeza de una cuantiosa oferta económica y la posibilidad de romper el récord. Realizó entonces 2:01:53, el tercer mejor registro de todos los tiempos, sólo inferior al propio primado de Kipchoge y los números que, en 2019, en Berlín, esculpió Kenenisa Bekele: 2:01:41.
Kiptum, incluso, podría haber arañado en este Londres nuboso unos segunditos al cronómetro si, despistado, antes de afrontar la última recta, no se hubiese desviado unos metros del trazado correcto antes de ser corregido por un juez. No le hubiera dado para lograr la plusmarca, pero sí para haberse acercado aún más a ella, bajando probablemente de 2:01:20.
La carrera tuvo un componente sentimental con el anuncio de Mo Farah, de 40 años de edad, de que sería su último maratón. Terminó dignamente en noveno lugar con 2:10:28. Tal vez, sin anunciarlo, ha sido también, a la misma edad que Farah, el último baile de Bekele, descolgado en el kilómetro 20 y retirado no mucho después. El etíope, quizás en conjunto, el mejor fondista de la historia, o, en todo caso, entre los dos o tres primeros, ha ido en los últimos años empeorando sus prestaciones.
Kiptum atacó brutalmente alrededor del km.30, la distancia más frecuente a la hora de empezar a establecer las auténticas diferencias. El «muro». Y lo destrozó todo. El pequeño grupo del que formaba parte, como si él constituyese su única argamasa, se deshizo y cada uno de sus componentes jugó sus propias bazas y defendió su propia suerte, independientemente de las de Kiptum, con quien nada los relacionaba ya.
El keniano volaba con unos parciales asombrosos que lo condujeron a realizar 59:45 en la segunda mitad de la carrera, después de haberse pasado el ecuador en 1:01:40. Cuando terminó, con Buckingham Palace a su espalda y el cielo del atletismo por delante, todavía faltaban casi tres minutos para que llegase Geoffrey Kamworor (2:04:23) y casi cuatro para que lo hiciera Tamirat Tola (2:04:59).
Las mujeres, una media hora antes, le habían proporcionado a Londres un lustre suplementario. En su estreno maratoniano, Sifan Hassan deslumbró el día en el que la plusmarquista mundial, Brigid Kosgei, lesionada, se retiró a los tres minutos de carrera, en el primer kilómetro. Dio la impresión de estar muy tocada previamente y tomar la salida sólo por razones pecuniarias.
Nacida etíope y naturalizada neerlandesa tras, a los 15 años, acceder al país como refugiada, Hassan, estrella desde los 1.500 «para arriba», se descolgó del grupo de cabeza un poco antes del medio maratón. Comenzó a hacer estiramientos que sugerían molestias en la cadera, el cuádriceps, el glúteo y la ingle. Pareció descartada. Pero, poco a poco, fue acercándose al pequeño pelotón puntero hasta alcanzarlo. En la última recta entraron juntas ella, Alemu Megertu y Peres Jepchirchir.
No hubo color. Hassan, de 30 años, una edad aún abierta para las pruebas de largo aliento, aceleró de golpe y controló de reojo para acabar en 2:18:33, la cuarta mejor marca europea de la historia. Megertu fue segunda con 2:18:37. Y Jepchirchir tercera con 2:18:38. En cierto modo, Londres ha abierto un doble nuevo camino al maratón, el masculino y el femenino. Estaremos expectantes.