Euroliga Basquetbol: Real Madrid culmina su gesta cumbre y logra su undécimo título
Los blancos volvieron a tirar de épica para darle la vuelta a una final en la que fueron a remolque desde el inicio y ganar a Olympiacos 79 a 78 con una canasta de Llull a falta de tres segundos.
Gesta, hazaña, epopeya, épica… Pónganle el nombre que quieran. Cualquiera de estos sustantivos pueden asociarse con la conquista del título de la Euroliga por parte del Real Madrid. Los blancos, que llegaron a la final encadenando proezas, completaron su gesta cumbre en el ‘Día D’.
El equipo de Chus Mateo remontó ante el Olympiacos (78-79) con una canasta sobre la bocina de Llull y le puso el sello a su undécima Euroliga. La más especial. La más difícil. La más heroica, tras estar abajo casi todo el partido y entrar a los dos minutos finales 6 puntos atrás.
El Real Madrid completó una nueva remontada tras ir perdiendo durante la mayor parte de la final. Los blancos se encomendaron a la ‘vieja guardia’, esa que le rescató en la histórica batalla de cuartos ante el Partizán y en las semifinales ante el Barcelona. Tavares (MVP de la Final Four), el ‘Chacho’, Causeur… y Llull.
El balear, que apenas había hecho acto de presencia en la final, asumió la responsabilidad de ejecutar el último tiro. Solo metió dos puntos. Pero vaya dos puntos. Valen una Euroliga, la tercera en su amplio palmarés.
Antes de todo eso, el Olympiacos firmó una final muy seria. Un partido que justificó por qué los griegos terminaron primeros la fase regular. De la mano de unos excelsos Vezenkov (29 puntos) y Canaan (21), los helenos agarraron un asa del trofeo. A falta de 2:10 para el final, el cuadro de Bartzokas ganaba por seis puntos (78-72).
Fue en ese momento, en el que a muchos les tiembla la muñeca, cuando el ‘Chacho’ llegó al rescate blanco. Cinco puntos seguidos del canario acercaron al Madrid y allanaron el camino para que Llull completase la hazaña con una canasta que entra con letras de oro en la historia del Real Madrid.
Con un Chacho en estado de gracia, más cercano al de los 30 años o menos, un Tavares imperial que apenas tuvo descanso y que fue el MVP del partido, un buen Hezonja , un gran Williams-Goss, y un mágico Llull al final. El equipo, como pedía Chus Mateo en la previa, jugó unido, permaneció unido. Ni bajas ni gaitas. Con el Madrid, con este Madrid, no se acaba. Siempre vuelve.
78 – Olympiacos (24+21+18+15): Walkup (-), Canaan (21), Papanikolau (6), Vezenkov (29), Fall (-) -cinco inicial-, Bolomboy (2), Sloukas (6), Black (-), McKissic (14) y Larentzakis (-).
79 – Real Madrid (17+28+14+20): Williams-Goss (9), Musa (6), Hanga (2), Ndiaye (3), Tavares (13) -cinco inicial-, Hezonja (12), Causeur (11), Sergio Rodríguez (15), Rapndolph (3), Rudy Fernández (3) y Llull (2).
A primera hora y en un ambiente frío en el Zalgirio Arena sin los aficionados del Olympiacos que pasaron de acudir al inicio del encuentro, el Barcelona se contagió de la situación desangelada, primero con desinterés total en el partido tras caer el viernes ante el Madrid, y poca intensidad del grupo, paa perder frente al Mónaco el duelo por el tercer lugar.
A pesar de ser un partido para probar cosas, Saras puso el quinteto titular habitual- volvió a dejar fuera a Paulì y Da Silva-, aunque ya se vio enseguida que todos lo afrontaban sin demasiada concentración. Muchos balones perdidos, malos tiros y solo Abrines parecía jugar con el mismo acierto y concentración de siempre (2 de dos en triple).
Monaco llegó al descanso con una renta de 16 puntos (44-28) ante un Barça que aún no se había presentado al duelo, y no parecía que la cosa podía cambiar tras el paso por los vestuarios. La idea era cerrar cuanto antes la herida de Kaunas y regresar volando a Barcelona.
El Barça salió con un poco más de brío, impulsado por Laprovittola, que llevó al Barça a su mejor parcial del partido (4-10) para acercarlo a 10 (48-38) con el segundo triple de Mirotic. El ambiente ya se empezaba a caldear con los griegos en las gradas, ajenos a lo que ocurría en la pista, que ciertamente no invitaba a mucho.
Y es que la reacción del Barça, con un triple más de Mirotic, se quedaba en solo un intento. Volvieron los errores en el tiro, malos ataques y Mónaco, de la mano de sus suplentes Blossomgame y Strazel devolvían la cómoda renta al Mónaco al final del cuarto (60-45). Solo alguna acción espectacular de Nnaji despertó al público.
Sin amor propio, el conjunto azulgrana deambuló en los minutos finales, llegando a perder de 21 (72-51) mirando el electrónico para que pasara rápido el tiempo y dejar atrás un fin de semana para olvidar de los Blaugrana, el final fue de 78-66.