Playoffs NBA: Los Heat resisten en el Garden, evitan el milagro y son campeones del Este

Caleb Martin y Jimmy Butler fueron los mejores y Brown y Tatum estuvieron horrendos en Boston,  para el triunfo de Heat 103-84. La noche del jueves, en Denver, comenzará la gran final entre Nuggets y Miami.

Pues al final no hubo advenimiento. No hubo milagro. Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible, que diría el clásico. Teníamos 150 ejemplos, y desde anoche son 151. Remontar un 3-0 sigue estando reservado al futuro, a no se sabe quién, pero no a estos Boston Celtics, que han estado a punto pero se han quedado en la orilla.

Llegamos al deseado séptimo y el Mundo entero esperaba ansioso para saber si Boston completaría la remontada con la cuarta victoria seguida o si Miami resurgiría cual ave Fénix y tiraría de orgullo y nadie quiere ser recordado por una derrota histórica.

Lo cierto es que no hubo color. O en todo caso, fue el rojo y negro de los Heat. Los Celtics escogieron el peor día para jugar uno de los peores partidos de estos Playoffs. Ninguno, repito, ninguno de los 9 jugadores que utilizó Mazulla alcanzó los 20 puntos (en el quinto de la serie, por ejemplo, fueron 4 los que lo lograron). El encuentro de Tatum, lastimado en el tobillo nada más comenzar, fue malo (14 puntos y 11 rebotes, con un 38% en tiros). Pero el de Brown fue peor, fue horrible: 19 puntos y 8 rebotes, pero con un 34% en lanzamientos, 1 de 9 en triples… y 8 pérdidas como 8 macetas caídas desde un balcón. Hará mella en Jaylen este encuentro, ante su gente, por lo que hará bien en pasar por el diván para llorar las penas, soltar lastre y resetear, porque le necesitarán de nuevo en el futuro.

Decíamos que no hubo color porque Miami salió mandando desde el inicio. Dominó el primer cuarto con unos Celtics espesos (15-22). Siguió aumentando la renta en el segundo, y pese a varios estirones, al final sólo fueron 11 arriba (41-52). Tras el descanso llegaba la hora de la verdad y los Celtics debían aparecer, aunque sólo fuera por vergüenza. Lo hicieron -más en defensa que en ataque- y la ventaja, que había sido de +18 de máxima, se redujo a 7, así que se podía decir que lo tenían en su mano gracias a la actuación de Derrick White, el único que estaba a la altura.

Pero enfrente estaba Caleb Martin haciendo el partido de su vida. Con Butler esperando a los minutos decisivos, Martin tiraba del carro, y de qué forma, jugada a jugada, con 4 triples, llegó a los 26 puntos (y 10 rebotes), y se llegó al último cuarto 10 arriba para Miami. Nunca en la historia de los Heat han perdido un partido de Playoffs que entraban al último acto con esa renta (65 veces). Ya son 66.

No hubo ni acercamiento ni conato de remontada. La distancia se estabilizó en +20 a los pocos minutos del cuarto y así se quedó hasta el final, con el TD Garden enmudecido, incluso con abucheos (especialmente tras la enésima pérdida tras bote de Brown). Y Butler sonreía, saboreaba, disfrutaba. Los Heat regresan a unas Finales y tendrán enfrente a los Nuggets del Joker y Murray, pero estos son sus Playoffs. Jimmy Playoffs Butler quiere completar su obra maestra y tumbar a Denver, pero el monstruo de Colorado no será tan blando e inestable como el de Massachusetts, así que la misión se antoja complicada. Alea jacta est; que gane el mejor.

Pese a los números de Jimmy (28+7+6 y 3 robos), pese a ser el dueño de estos Playoffs (con permiso de Jokic) y ser el artífice del milagro de Miami, en este séptimo hubo un actor secundario que estaba cuajando una gran serie y que lo confirmó con su mejor actuación en el día clave: Caleb Martin fue le Rey del Séptimo con 26 puntos, 10 rebotes, 11/16 en tiros (4/6 en triples). En toda la temporada no había logrado un sólo encuentro de 25 puntos, pero ha esperado a las Finales de Conferencia para lograr dos, el último de ellos en un TD Garden abarrotado y eufórico que se fue viniendo a menos con los puntos de Caleb y los errores de los suyos. Si Jimmy es el Rey, Caleb es el Príncipe de Miami.

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