Mundial Sub 17: Francia es el segundo finalista
Los galos vencieron 2-1 a Malí, remontando en la parte final cunado los africanos se quedaron con 10 y van frente a los alemanes por el título.
Veintidós años después de su última comparecencia, la que logró con Sinama Pongolle y Le Tallec en modo estelar, la selección francesa sub-17 volverá a disputar la final del Mundial, esta vez contra Alemania, el sábado a las 09:00 horas, después de doblegar por 2-1 a Malí. Los africanos se adelantaron en el primer tiempo y fueron muy superiores hasta la roja de Sanogo, que propició la remontada gala con goles de Titi y Bouneb, de falta. Premio a una gran generación, con fantásticas individualidades, que buscará el trono mundial de un torneo que había sido la pesadilla de Francia durante dos décadas.
El encuentro comenzó con un ritmo vertiginoso, el físico exuberante de Malí contra la calidad técnica francesa, dos selecciones opuestas en el que el escenario fue muy favorable para los africanos, mostrándose, como durante el torneo, impasibles en cada duelo y en cada disputa que se generaba en el terreno de juego.
Si Francia no había encajado gol en el Mundial, la explicación era Paul Argney, excelente guardameta del Le Havre que volvió a ser decisivo hasta el descuento. Contemporizando las llegadas de Malí, sobre todo de Ibrahim Diarra, uno de los mejores futbolistas de toda la competición, y Kanaté, Francia resistió, pero la suerte no es eterna.
Los galos, aun así, tuvieron en las botas de Lambourde el 1-0, en un mano a mano que evitó a bocajarro el portero maliense, Bourama Koné. Justo cuando el árbitro, que había decretado seis minutos de añadido, ya miraba su cronómetro para señalar el descanso, un error de Argney, que no supo repeler un centro lateral, provocó el gol de Malí. Ibrahim Diarra, en el segundo palo, ponía el 0-1 en el marcador y Francia estaba por primera vez en todo el Mundial con resultado en contra.
El fútbol es un deporte que no entiende de momentos ni de superioridades. Malí, tras la salida del túnel de vestuarios, fue todavía más superior que en el primer tiempo y estuvo a un palmo de hacer el segundo, pero Ibrahim Diarra falló estrepitosamente en una oportunidad flagrante. Francia, que aguantaba a trompicones, se iba a encontrar con una situación que cambiaría completamente el devenir de la contienda.
Sanogo, defensa de Malí, cometió una temeridad sobre Bouneb. Aunque el colegiado, en primera instancia, no vio falta, el VAR le avisó de una posible roja por la dureza de la entrada. Tras consultarlo con el VAR, el defensa vio la roja. Y, en la misma falta, el joven Titi, que después fue sustituido por fatiga, aprovechó un gran centro para empatar el partido. En una jugada, en un momento, en un segundo, Francia había resucitado.
La selección de Vanucchi se aprovechó de la superioridad numérica para dominar a una Mali que se había quedado petrificada, adormecida, perpleja por la expulsión de Sanogo. A tal punto de volver a conceder otra falta peligrosa, esta vez en la frontal del área, que fue letal. El joven Bouneb, otra vez, ya que había asistido en el 1-1, sorprendió a Koné con un disparo ajustado a su palo y decantaba la balanza a favor de la selección francesa. En el tramo final, Argney, que había fallado en el gol de Malí, salvó el empate con una parada milagrosa que se estrelló en el larguero. Francia volvió a una final de un Mundial sub 17 tras 22 años de ausencia.