Juegos Olímpicos: Alemania y Serbia a semifinales del Basquetbol masculino

Los actuales campeones del mundo superaron a Grecia y los serbios vencieron a los australianos en una remontad tras ir 24 puntos abajo.

Los cuartos de final arrancaban temprano, 11am parisina, con estreno del Arena Bercy y mucho en juego. Con un equipo muy favorito (Alemania) y otro sin nada para perder y todo por ganar (Grecia). Y de entrada eso tuvo su efecto, porque los griegos, con un planteo relativamente simple (cerrarse para que no les penetre Franz Wagner y presionar a Schroder o doblarlo con el balón), tuvo un gran resultado: se fue 12 arriba rápido (16-4), con Giannis dominando a partir de algún uno contra uno y otro par de asistencias letales de Calathes.

Ese arranque dependía de varias cosas: de que Alemania siguiera errando de tres puntos (1/8 en los primeros 10 minutos), que continuara cometiendo errores con el balón (4 pérdidas), que siguiera distraido atrás en los reacomodamientos para los tiradores griegos (casi no le volvió a ocurrir en el 2C) y mejorar mucho el movimiento de pelota, luego de un inicio demasiado individualista.

Como Alemania sabe jugar a esto, y muy bien, corrigió rápido. Empezó a pasarse el balón, Moritz Wagner le dio presencia mayor cerca del cesto y no arrancando desde afuera, Voigtmann y Bonga la metieron de 3, abriendo espacios, y atrás ya no dieron rebotes (Thiemann), movieron mejor la pelota, defendieron como bestias y a otra historia. Si bien no era el partido que querían, de aquel 4-16 y 9-21 pasaron a igualarlo en 36 a 8s del final del segundo cuarto, como para aprender la lección que habían recibido. Ya no hay chances de rendir materias en marzo. Es hoy y es ahora.

Alemania empezó el tercer cuarto con un triple para pasar al frente por primera vez y quizá se confió otra vez, pensando que ya estaba todo hecho. No estaba. Grecia estaba dispuesta a pelear 20 minutos (que era mejor que 40), Walkup clavó 2 triples seguidos, otro Papanikolau y los de Spanoulis se fueron otra vez 5 arriba. Vuelta otra vez: ajuste alemán en concentración defensiva, más pases, algún triple, 8-0 y de nuevo arriba. Pero no le convenía esto, porque así iba a seguir hasta el final en un partido parejo y cerrado. Muy peligroso.

En ese sentido, un triple de Bonga para cerrar el tercer cuarto fue un bálsamo, porque le dio 7 de luz a los alemanes y de ahí en más controlaron el juego sin caer en demasiados riesgos, aunque siempre en un esquema de incomodidad general. Quizá lo mejor de Alemania en esta mañana-mediodía parisino, haya sido saber cómo resolver un partido embarrado, de esos en los que hay que meter los pies en la ciénaga hasta la rodilla.

Lo terminó ganando y rompiendo en los últimos 3 minutos del partido, con Schroder manejando el ritmo, Wagner atacando, todos defendiendo y Theis haciendo un poco de todo. Gran equipo Alemania, que venció 76-63 y ahora tendrá 2 chances de obtener su primera medalla olímpica. Fran Wagner, con 18 puntos, fue el goleador del ganador. Giannis no alcanzó, pese a sus 22 puntos. No tuvo espacios. Ahora, a por el ganador de Canadá-Francia.

Por su parte en el segundo cuarto de final en París 2024 había otro favorito: Serbia. Y no tanto por lo que los europeos jugaron en este torneo, sino solo por el hecho de tener a un jugador con el apellido Jokic en su camiseta. Porque en realidad no mostraron demasiado. Y no tenían a Jovic, enfermo. Del otro lado, los australianos, que empezaron con todo y se fueron desinflando, pero que habían demostrado hasta dónde podían llegar.

Y así fue el primer tiempo, con los de Goorjian elevando el ritmo de juego al máximo posible, tomando tiros rápidos, corriendo siempre (aun después de anotación rival), descolocando a una Serbia que se vio quizá un poco sorprendida, no solo por eso, sino por la efectividad australiana, que llegó a ser del 80% de cancha durante buena parte de los primeros 15 minutos, en los que dejó en ridículo a los serbios sacándole 24 de distancia (44-20), con Mills endemoniado (20) y Giddey manejando todo bien y a alta velocidad.

Pesic hizo un par de ajustes. Apostó por una dupla interior (Jokic-Milutinov), que al menos le dieran gol, para no hacer tan fácil la salida rápida de su rival. Venían tirando -y errando- muchos triples, y eso cortó bastante la energía australiana, que además bajó los porcentajes (era imposible mantenerlos), y se desordenó un poco. Serbia además empezó a jugar más duro, al límite, buscando ensuciar un juego que era demasiado limpio, algo que no lo favorecía.

Australia cayó en la trampa y se fue al descanso largo con 12 de luz (54-42), la mitad de lo que supo sacar. Paradójicamente, seguramente al vestuario entró de mejor talante Serbia que Australia, pero la diferencia seguía siendo amplia.

Los australianos no parecieron darse cuenta que estaban corriendo peligro y siguieron dándole vidas a su rival, como quien deja abierto el gallinero ante la presencia de un lobo. No es algo que sorprenda en Australia, pero la repetición es increíble. En un abrir y cerrar de ojos, los australianos defendieron mal un par de pelotas, perdieron otras no forzadas (Giddey se fue del partido mentalmente), y Serbia se puso a 1 en 4m30s, 60-59. Y a los 6 pasó al frente por primera vez. Ya era ortra historia. Jokic y Bogdanovic habían tomado el control.

Hasta que no se vio 6 abajo en el último cuarto, Australia pareció no darse cuenta de lo que estaba pasando. Recién ahí le puso algo de entusiasmo a su juego, buscando ser otra vez más dinámico e intenso. Pero era tarde, porque el control lo tenía Jokic, con su juego cerca del cesto y con su distribución de juego. Y Serbia. Llegó a empatar alguna vez Australia, pero no quedaban dudas de quién sería el vencedor. Y eso que los australianos pudieron pasar al frente en los últimos 35 segundos.

¿Todo definido? No, faltaba un plus. Micic falló un libre clave y le dio la última chance a Australia, que la aprovechó con un golazo de Mills con la marca encima de Jokic, para empatar en 82 y mandar el partido a suplementario. Ahí recuperó la confianza Australia. Pero no le alcanzó. Jokic tuvo un par de intervenciones geniales (sobre todo un robo a Mills), Giddey se equivocó dos veces más en el cierre y fue final. Serbia ganó 95-90 con un magistral Jokic: 21 puntos, 14 rebotes, 8 asistencias y 4 robos. Su rival saldrá del ganador de Estados Unidos-Brasil.

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