El turco fue el campeón de la Euroliga cuando el PAO no era el máximo candidato a ganarla y venía de una mala temporada. Es la tercera vez que la consigue en su carrera.

Terminaba la temporada 22/23 y el Panathinaikos no daba pie con bola. Finalizó penúltimo en la Euroliga, mientras su rival acérrimo, Olympiacos, lo hizo en el primer lugar en la fase regular. Era vital un cambio total en el equipo y el encargado de dirigir este nuevo barco fue Ergin Ataman, que venía de ser campeón con el Anadolu Efes en la 21/22.

Kostas Sloukas, Mathias Lessort, Kendrick Nunn, Juancho Hernangómez y Luca Vildoza fueron las piezas que llegaron al Trébol para que, bajo la dirección técnica y táctica de Ataman (y con su duro carácter), lograran volver a poner a los verdes en la cima después de muchos años.

En la fase regular finalizaron segundos, mostrando un buen nivel, pero sin ser los favoritos, ya que el Real Madrid era un avión imparable. En los playoffs fueron puestos en aprietos por Maccabi y en la Final Four de Berlín encontraron su mejor versión de toda la competencia. Primero despacharon al Fenerbahce 73-57 y luego, en la final, remontaron al Real Madrid para consagrarse campeones, con un imperial Mathias Lessort y un Sloukas MVP.

En la liga también pudieron festejar. Desde 2021 no la ganaban, pero de la mano de Ataman, lograron levantar el título en el ámbito local. El año continuó y comenzó una nueva temporada. Mantuvieron la base, pero sumaron nombres de jerarquía para seguir peleando por todo. Actualmente se ubican sextos en la Euroliga, con un récord de 10-7. En la liga de Grecia se mantienen invictos y en ambas competencias son favoritos para repetir. Ataman lo hizo.

Lo de Ataman es tan contundente que pocos podrían hacerle frente no solo a la mención de entrenador del año, sino también de la década. Los 3 títulos de Europa en los últimos 4 años tienen mucho de su sello. Y eso pocos lo consiguen.