Mundial balonmano: Dinamarca acaba con el sueño de Portugal y es finalista
La exhibición bajo palos de Nielsen (rozando el 40% de paradas) y la goleadora de Gidsel (9) conducen a los daneses a su cuarta final mundialista consecutiva.
Dinamarca se ha metido en su cuarta final mundial consecutiva con un balonmano apoteósico que ha crujido por completo a Portugal (40-27) con dos jugadores ahora mismo a un nivel ‘extraterrestre’: el portero azulgrana Emil Nielsen (MVP con 15 paradas y 38% de acierto) y el lateral Mathias Gidsel, que va como un cohete al ‘pichichi’ del campeonato tras marcar nueve goles más.
El anhelo de todo un país estaba en sus manos, en las de un grupo de jóvenes que hicieron soñar en grande a más de 10 millones de personas. Pero enfrente estaba el ogro, ganador de los últimos tres Mundiales y los pasados Juegos Olímpicos, el peor rival posible para afrontar unas primeras semifinales de un Mundial, así como de cualquier otro gran torneo internacional.
Y el próximo domingo (13:30, horas), Dinamarca perseguirá su cuarto título mundial consecutivo tras derrotar a Portugal (40-27), con una actuación colosal de Nielsen bajo palos (casi 40% de paradas) y de Gidsel de cara a puerta (9 goles). La final, inédita en la historia de este campeonato, será frente a Croacia.
Independientemente de lo que sucediera en el Unity Arena de Oslo, este campeonato siempre quedará en la memoria del aficionado como el ‘Mundial de Portugal’. Una actuación prodigiosa, que les sirvió para dejar por el camino a rivales de la talla de Brasil, Noruega, España y Alemania, y que será un punto de inflexión en su historial.
Con la cabeza bien alta y sin complejos, Portugal trató de resistir lo máximo posible ante una Dinamarca que tuvo un primer vendaval desde el pitido inicial. Con máxima contundencia en ataque y la efectividad de Nielsen bajo palos, consiguieron un primer parcial de 6-2 que les aseguró minutos de tranquilidad.
En lo colectivo, los daneses van sobrados, pero en el plano individual también. Los nórdicos desbordaban a la zaga portuguesa en cada acción individual, lo que les llevó a numerosos lanzamientos desde los siete metros. En el minuto 21 pudo cambiar el devenir del encuentro, pero Dinamarca tiró de ese instinto de supervivencia tan característico de los campeones.
Portugal tuvo posesión para empatar, pero cometió una pérdida absurda que los daneses castigaron a la contra. En el siguiente ataque, Portela recibía la exclusión por un lanzamiento que impactó de lleno en la cara de Nielsen. El intento de reacción, fallido.
El segundo tiempo reanudó el partido con esa valiosa renta de cuatro tantos para Dinamarca (20-16), lo que obligaba a Portugal a asumir más riesgos a ambos lados de la cancha si quería soñar con la remontada. Bastaron tres o cuatro acciones para comprobar que eso era una utopía, que la brecha era imposible de cerrar, máxime cuando Dinamarca, incluso, anotaba en inferioridad numérica.
Los daneses, auténticos rayos, eran capaces de percutir una y otra vez sobre la zaga danesa con rápidas transiciones ofensivas, lo que unido a una progresiva pérdida de puntería por parte de Portugal desembocó en una goleada de la que Gidsel (9) y Schmidt (8) fueron protagonistas. Colorín colorado, el cuento de hadas se ha acabado.
Los daneses, que ya se convirtieron en los primeros tricampeones del mundo de carrerilla (2019, 2021, 2023), serán favoritos el domingo contra Croacia para elevar un punto más ese logro y acercarse al récord absoluto de seis títulos de Francia, que se jugará antes el bronce ante los portugueses.