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El español y su hermano Álex, fueron 1º y 2º en un final histórico y previsible con un guion inesperado, pues a 4 vueltas del final le adelantó para firmar un inicio de año ideal: pole y victoria en las dos carreras del fin de semana

El piloto español Marc Márquez, al igual que en la sprint, ganó hoy el Gran Premio de Tailandia de MotoGP, en su debut con el equipo oficial de Ducati. «Ha estado jugando con nosotros toda la carrera». El mejor resumen de la sensación de superioridad con la que Marc Márquez ha comenzado 2025 en Tailandia es esa frase y quien la ha pronunciado. No lo ha dicho un cualquiera sino su compañero de equipo, un bicampeón del mundo destinado a priori a ser uno de sus mayores rivales por el título.

Si para Pecco Bagnaia por momentos le pareció un juego, la foto final es casi la viñeta de un cómic, como aquel que protagonizó Marc Márquez hace ya algunos años. Dos hermanos en lo más alto de un podio de la categoría reina es algo que jamás había pasado en la historia del motociclismo. Al hacerlo tras el primer gran premio del año, los dos pilotos de Cervera lideran además el Mundial.

Luego retomaremos lo de Marc, pero antes merece un hueco lo más arriba posible en esta crónica su hermano Álex. No tuvo la mejor salida pero sí fue el mejor en el resto de la primera vuelta para recuperar enseguida las dos plazas que había perdido con Ai Ogura y Bagnaia y ponerse a seguir la estela de su hermano. De lejos, eso sí, porque en poco más de un giro Marc ya había metido medio segundo de ventaja a sus perseguidores. Enseguida esa diferencia se estiró a más de un segundo no solo entre los dos Márquez sino también entre Álex y Pecco.

Entonces todo lo que parecía ya decidido saltó por los aires: a 20 vueltas del final la moto de Marc perdió velocidad repentinamente y pareció que dejaba pasar a su hermano, que devoró toda su la ventaja y le rebasó en menos de dos curvas. El propio piloto lo explicó más tarde: para no repetir la infracción por la que fue sancionado el año pasado en Assen debía subir la presión en sus neumáticos durante un determinado porcentaje de vueltas. La solución pasaba por darle a esa goma delantera el aire (aún más) caliente que solo podía conseguir con un piloto delante de él.

Bagnaia, que parecía resignado a llevarse la bolsa de puntos de la tercera plaza para minimizar daños, olíó sangre por detrás y apretó para recortar diferencias pero no llegó a alcanzarles. Esa fue la situación durante más de quince vueltas sin que ninguno de los tres se inmutase demasiado hasta que Marc pasó a la acción y pasó a liderar de nuevo la carrera ya a solo cuatro giros del final. Esta vez sí era el tirón definitivo para irse a por un inicio de año ideal: pole y dos victorias.

En Tailandia, donde certificó su último Mundial en 2019 ha vuelto un Marc que no solo es competitivo como en 2024, sino que ya intimida como antes de su lesión. El Mundial va ahora a dos circuitos donde dio algunos de sus mayores recitales en su mejor época: Termas de Río Hondo y Austin. Si flaquea puede ser un síntoma de esperanza para sus rivales, de que algo sí ha cambiado desde entonces. Si no, ya les tocará remar contra un octocampeón del mundo lanzado.

Fue en Argentina en 2018, cuando Marc le tiró al suelo, donde Rossi tuvo una de sus reacciones más airadas contra el de Cervera desde Malasia 2015: «Que no me mire a la cara. Le quiero lejos de mí», dijo entonces el genio de Tavullia. Hoy, que Márquez iguale sus nueve títulos mundiales está 37 puntos más cerca que hace dos días. Por el medio, obviamente, queda un mundo y un Mundial casi al completo, una temporada de emociones imprevisibles como las de esta mañana y una parrilla de rivales repleta de juventud y talento a la que ojalá vuelva pronto el actual campeón, Jorge Martín.

Impensable hasta hace poco más de un lustro, empieza a ser costumbre que en el primer fin de semana de la temporada brille un piloto de estreno en la categoría. El papel que hace doces meses interpretó Pedro Acosta esta vez fue para el campéon de Moto2 en 2024, el japonés Ai Ogura, que ha acabado quinto justo detrás de Franco Morbidelli.

Esta vez a Acosta le fue bastante peor y tuvo una caída tempranera. A pesar de poder levantarse y terminar 19º, vio su carrera arruinada demasiado pronto. Otro que cayó (algo que desgraciadamente es habitual) fue Joan Mir pero con sensaciones distintas. La media carrera que rodó el balear antes de caerse cuando luchaba por la sexta plaza dio para constatar la mejoría en su Honda respecto a la absoluta pesadilla de años anteriores.

El compañero de Ogura, Raúl Fernández, brilló momentáneamente en el inicio de carrera, cuando llegó a rodar en sexta posición antes de tener que retirarse ya en el tramo final y cuando rodaba ya en posiciones traseras. El novato español Fermín Aldeguer sumó sus primeros puntos al terminar en 13ª plaza y los otros españoles, Maverick Viñales y Álex Rins, finalizaron 16º y 17º.