Rory McIlroy hace historia en Augusta al conquistar el Masters y completar el Grand Slam

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Joaquín Niemann terminó en el puesto T29 y mantiene un paso de aprendizaje en el tradicional torneo de Golf

En una escena que quedará grabada en la memoria del golf mundial, Rory McIlroy rompió su maldición en Augusta National y, tras 11 años de espera, se vistió con el saco verde del Masters 2025. El norirlandés, de 35 años, no solo ganó su primer título en el torneo que tanto se le había resistido, sino que se convirtió en el sexto jugador en la historia en completar el Grand Slam de carrera, uniéndose a leyendas como Jack Nicklaus, Tiger Woods y Gary Player.

La victoria no llegó fácil. McIlroy, quien había acumulado cuatro dobles bogeys durante la semana (un récord inédito para un campeón del Masters), demostró una resistencia mental extraordinaria. En la ronda final, mezcló seis birdies con tres bogeys y dos dobles, pero cuando más lo necesitó, en el playoff contra Justin Rose, ejecutó un wedge magistral en el hoyo 18 que dejó la bola a un metro del hoyo, sellando el birdie que le dio el título.

El momento fue electrizante: el público estalló en júbilo, McIlroy se derrumbó en llanto y abrazó a su hija Poppy, en una imagen que simbolizó el fin de una búsqueda de más de una década. Desde su último major (The Open 2014), el norirlandés había sufrido colapsos memorables en Augusta, pero esta vez, la historia fue diferente.

Con este triunfo, McIlroy entra en un club exclusivo:

  • 6° jugador en ganar los cuatro majors (US Open, The Open, PGA Championship y Masters).
  • 1° en completar el Grand Slam en Augusta (los otros lo lograron en el US Open o PGA).
  • 25 majors jugados desde su último título hasta conseguirlo.

Por su parte, el chileno Joaquín Niemann culminó su sexta participación en el Masters con un acumulado de par, ubicándose en el puesto T29. Aunque mostró destellos de buen juego, especialmente en su juego largo, faltó el toque de fortuna, y que cayeran un par de putts para pelear en las primeras posiciones.

Pese a ello, el talagantino sigue demostrando que pertenece a la élite mundial, y su próximo objetivo será llevar ese nivel a los majors restantes de la temporada.

Este Masters no solo coronó a un campeón, sino que consagró a una leyenda. Rory, ahora con el grand slam completado, tiene asegurado su lugar en el Salón de la Fama y un legado que trasciende el deporte: la perseverancia como clave del éxito.