Muerte de Pele: ¿Por qué es el rey del fútbol?
Conozca más del astro brasilero, que marcó una etapa fundamental del futbol del mundo.
El fútbol es menos fútbol desde la muerte de Pelé. El rey u ‘O Rei’ de este deporte nos ha dejado tras una larga enfermedad, pero su legado, recuerdo, carisma y sacrificio quedarán en la retina de los aficionados para siempre. Si bien es cierto que muchos no hemos podido disfrutar de su impoluta trayectoria como futbolista, todos imaginamos lo que significaba para Brasil con goles como el de la final de la Copa del Mundo de 1970 o su famosa finta ante Uruguay durante ese mismo torneo.
La llamada ‘Perla negra’ no sólo era una persona que pegaba patadas a una pelota a las mil maravillas, sino que además era un icono social sobre la superación y el cambio a través del deporte. Su éxito se forjó a través de la ambición, el talento y una sonrisa que marcó a generaciones y a todos aquellos chicos que soñaban con vivir del deporte rey de donde él era el rey.
Antes de colocarse la corona y el cetro del fútbol, Pelé fue un chico denominado ‘Dico’ por su madre y allegados. Edson Arantes do Nascimiento nació y se crió en una familia humilde limpiando botas para intentar ayudar a los suyos a salir adelante. Quién le iba a decir a ese niño soñador que justamente otro tipo de botas iban a convertirle en un símbolo mundial y en un referente para la etnia negra. Su legado es tan infinito que cualquier texto o artículo de opinión carecen de sentido ante la magnitud de sus logros, pero sumar un granito de arena a su legado es lo menos que podemos hacer los que amamos este deporte.
«Hay quienes sostienen que el fútbol no tiene nada qué ver con la vida del hombre, con sus cosas más esenciales. Desconozco cuánto sabe esa gente de la vida. Pero de algo estoy seguro: no saben nada de fútbol». Esta frase fue escrita por el novelista argentino Eduardo Sacheri y puede ser una definición perfecta para plasmar la esencia o herencia que nos ha dejado Pelé o Dico.
Sus orígenes humildes forjaron una personalidad trabajadora, luchadora y con un afán terrible por lograr los anhelos que quizá su padre, Dondinho, no pudo conseguir. El niño que quería ser piloto de muy pequeño empezó a interesarse por el fútbol desde que tuvo uso de razón, pero fue el fútbol sala y un entrenador llamado Waldemar de Brito quienes le puliría antes de iniciar su leyenda.
Tras su proceso de aprendizaje, el ilusionista de la pelota se doctoró en el fútbol demasiado pronto y en el Santos vieron rápidamente su potencial. Dico por aquel entonces, comenzó a entrenar con los juveniles del equipo brasileño y poco a poco le dieron espacio para fraguar su carrera en el primer equipo. Su primer gol llegaría el 7 de septiembre de 1956 ante Cubatao y en el Mundial de Suecia se coronaría rey del mundo con apenas 17 años. El resto ya es historia.
Diez campeonatos Paulistas con el Santos, cuatro veces campeón de la Serie A brasileña, dos veces campeón de la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental, campeón de la Supercopa de Campeones Intercontinentales, campeón de la NASL norteamericana, cuatro veces campeón del Torneo Río-Sao Paulo y tres veces Campeón del Mundo con Brasil.
Más de 28 títulos y un sin fín de premios individuales, son algunos de los hitos más importantes del monarca del fútbol. Santos, New York Cosmos y Brasil son las tres indumentarias que portó Pele durante su carrera estando 18 temporadas en Brasil, dos años los jugó en la liga estadounidense y durante 19 vistió la camiseta de la canarinha.
En el Santos debutó en 1956 y colgó las botas con la camiseta 10 del ‘Peixe’ en octubre de 1974. Allí lo ganó todo y se convirtió en el escudo del equipo llegando incluso a realizar giras de exhibición por Europa, América o África para que todo el mundo pudiese ver y admirar a uno de los mejores futbolistas de todo los tiempos.
Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970. Esos son los tres mundiales que levantó Pelé con la camiseta amarilla de Brasil siendo el futbolista más joven en lograrlo con apenas 17 años en Suecia. El país nórdico acogía un Mundial ilusionante con una selección local capacitada para ganar el torneo y fue ahí donde apareció un joven futbolista para arrebatarle a la selección sueca su primera estrella.
El cuadro amazónico goleó a Suecia (2-5) con dos tantos de la perla Pelé y dejando al mundo entero alucinado con su técnica y calidad. El segundo tanto quedará para la posteridad por la belleza del mismo ya que aquel chico menor de edad fue capaz de dormir una pelota con el pecho, tirar un sombrero de copa en el área pequeña y sin dejarla caer, definir con una volea exquisita ante el meta sueco.
En el torneo mundialista de Chile 1962, Edson Arantes se perdió una gran parte del certamen por una lesión, solo jugó parte del primer partido, pero el ‘jogo bonito’ de los sudamericanos imperó en el torneo y Pelé se adjudicaba el doblete en el campeonato más importante del mundo. Sería en México 1970 cuando el mago del balón se consagraría en el olimpo del fútbol levantando su tercera copa mundialista y anotando el primer tanto en la goleada a Italia (4-1), además de inventarse su famoso regate sin tocar el balón ante Uruguay que fue copiado por muchos.
El futbolista brasileño colgó su varita y chistera en 1977 tras un paso fugaz por el New York Cosmos. La donación que dejó como futbolista y ser humano era tan grande que continuó ganando títulos tras dejar el fútbol. En 1994 fue elegido en el Equipo Histórico de la Copa Mundial Fifa, cuatro años más tarde fue incluido en el Equipo Mundial del Siglo XX y un año más tarde se erigió como el Mejor Jugador del Siglo XX según la IFFHS que recoge datos y estadísticas sobre los futbolistas.
Su vitrina no dejó de llenarse ahí y en el año 2000 recibió el trofeo al Jugador del Siglo de la FIFA y en 2002 también aparecía en el Equipo de Ensueño de la Copa Mundial FIFA. Además, también obtuvo el Orden del Mérito de la FIFA en 2004 y el Balón de Oro Honorífico en 2014 tras firmar una trayectoria histórica. Asimismo, en 2020 se le reconocía en el Once Histórico del Balón de Oro además de ser Golden Foot Leyenda. Una vida repleta de méritos y reconocimientos.
Pelé era un malabarista. El brasileño ha sido uno de los futbolistas más completos y brillantes que se recuerdan gracias a sus cualidades técnicas y físicas, dependientes de una inteligencia extraordinaria con y sin balón. Sus recursos eran inagotables y tenía la capacidad de acelerar con la pelota y frenar en seco en una baldosa para despistar al defensor. O rei no era un delantero al uso. Sus mejores cualidades las sacaba en línea de tres cuartos cuando conducía el esférico ya que en esa zona del campo la zaga contraria salta al atacante y era ahí donde Pelé desequilibraba y rompía líneas con una facilidad pasmosa. Su talento para inventar regates o pases imposibles era impredecible y eso despistaba y generaba desconcierto al equipo rival.
Las paredes, la velocidad mental, regate corto y cambio de ritmo son algunas de las mayores fantasías de un mediocentro-llegador que era capaz de golpear desde cualquier punto del campo. Además, esa pausa y aceleración que lograba en sus regates dejaba ‘clavados’ a los defensores y la capacidad para amortiguar cualquier envío con el pecho o lo dos pies generaba una oportunidad de gol.