Ante Israel, otra vez terminó con la valla invicta y fue contundente en el área rival, para ganar 1-0 y ahora va por su primer título en esta categoría ante el vencedor entre Italia y Corea.

Es sabido que el camino al éxito en la Copa Mundial de la FIFA Sub-20 son tan siete pasos. Parece un camino corto. Pero solo llegan dos. Uruguay encontró la fórmula para desandar ese recorrido en el mejor momento. Como había ocurrido ante Gambia en octavos de final y ante Estados Unidos en cuartos, la Celeste se hizo fuerte en las áreas y consiguió un 1 a 0 ante Israel que lo deposita en la final.

Contra los africanos, en Santiago del Estero, fue 1 a 0 con gol de Anderson Duarte. Ante el equipo de las barras y las estrellas, también en Santiago del Estero, fue 2 a 0, con tantos de Duarte y otro del norteamericano Winder, en contra. Ante Israel repitió la fórmula. Randall Rodríguez le puso un candado al arco uruguayo y el 7 bravo aprovechó uno de los mejores avances celestes en el segundo tiempo.

Esa diferencia mínima en el resultado le dio un premio enorme a Uruguay, que jugó con el apoyo de su gente en La Plata. Es un premio al esfuerzo para el equipo Celeste, que sufrió muchos contratiempos en este torneo. La ausencia de su figura Álvaro Rodríguez, del Real Madrid. Las lesiones. Las expulsiones. Incluso la derrota con Inglaterra fue un golpe duro.

Pero se repuso Uruguay. Después de ese traspié ante Inglaterra supo que las instancias eliminatorias habían comenzado. Y ya no sufrió más goles. Se apoyó en la enorme tarea de su arquero Rodríguez y empezó a construir desde allí.

Ahora, Uruguay está en la final de la cita máxima. Una deuda que arrastra la Celeste desde la primera edición en Túnez 1977, cuando quedó en el camino en semifinales. En Malasia 1997, ante Argentina, y en Turquía 2013, ante Francia, se quedó a las puertas de la gloria en finales que tuvieron un cerrado desenlace. Ahora, en La Plata, apenas a un Río de distancia buscará gritar campeón.

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