FINAL FOUR DE LA EUROLIGA: Panathinaikos es el nuevo campeón
La tormenta helena deja al Real Madrid a las puertas de la gloria y sion poder revalidar su título del año pasado.
Se le fue la Euroliga al Real Madrid. Se le marchó en una final donde el Panathinaikos fue mejor en tres cuartos y donde para los blancos fue imposible sacudirse la constante sensación de oportunidad perdida, de ver cómo siendo hombre por hombre, la mejor plantilla de Europa y campeones de la liga regular arrasando rivales, no pudo en Berlín, púes el Panathinaikos se llevó la victoria y dejó al Real Madrid a las puertas del título.
Se llevó una Euroliga por la que no hubiera sido fácil apostar al principio de temporada. Ni siquiera el viernes, antes de que comenzara la Final Four. Una Euroliga en la que brillaron sus estrellas, Sloukas, 24 puntos y 31 de valoración, Nunn 21 puntos, 13 de ellos en la segunda parte, Lessort, 17 puntos, frente a un Real Madrid que perdió el timón del partido cuando más encarrilado parecía.
El equipo blanco hizo el mejor primer cuarto de la historia de las finales europeas (36 puntos) y acabó perdiendo el partido. Tuvo 14 puntos de máxima en un 41-27 y acabó perdiendo por 15 puntos. Entre medias, una sucesión de errores que desembocaron en una malísima segunda mitad, en la que el Real Madrid anotó solo 28 puntos y solo 3 triples de 20 intentos.
Y por ese camino de decepciones, un Panathinaikos que fue creciendo a lo largo del partido y una serie de controvertidas decisiones arbitrales que acabaron sacando del encuentro a los blancos y marcando las rotaciones. Las primeras, las de Tavares, que acabó con las mismas faltas (4), que puntos y rebotes. Más tarde, las de Poirier, al que una técnica le puso con 4. Y después, las de Campazzo, que acabó expulsado con 5.
Una tormenta que se convirtió en huracán griego. Todo lo que le podía pasar al Real Madrid en un partido que mandaba por 14 le sucedió. Rotaciones de Chus Mateo que no funcionaron, bajada estrepitosa de acierto, problemas en la circulación y a la hora de encontrar tiros y unas decisiones arbitrales que no compartían.
Jugadores que empezaron muy bien como Dzanan Musa no consiguieron recuperar el tono cuando volvieron a la pista, quizá demasiado tarde, y Hezonja no tuvo su día en el tiro (1 de 6 en triples). Una mezcla que acabó atormentando a un equipo que se sentía superior, que sabía que tenía una plantilla que exigía ganar este partido, y que veía como poco a poco el encuentro se le iba entre las manos.
Hubo intentos de reacción, como los dos triples seguidos de Llull, pero Panathinaikos estaba desbocado. Todos los ajustes de Ataman funcionaron: las rotaciones de Juancho Hernangómez, los minutos de Vildoza… hasta le salió bien la gestión de las faltas (Nunn estuvo muchos minutos con 4). Esta Euroliga es su obra y como tal debe ser reconocida. Suma su tercer título en las 4 últimas ediciones y se coloca en el olimpo de los entrenadores europeos.
El Real Madrid vuelve a caer en algunas de las maldiciones clásicas de la Euroliga: el mejor equipo en liga regular no la gana y el Panathinaikos nunca ha perdido una final. Pero la última reflexión de este partido alimenta el mito de la dificultad extrema de este formato, de la dureza y exigencia de la Final Four. A un partido puede pasar cualquier cosa. Y lo que hoy sucedió es que el Panathinaikos, sin ser mejor equipo, fue mejor competidor y campeón.
80 – Real Madrid (36+18+7+19): Campazzo (12), Hezonja (8), Musa (15), Ndiaye (8), Tavares (4), -quinteto inicial-, Poirier (8), Rudy Fernández (-), Causeur (2), Llull (6), Sergio Rodríguez (11), y Yabusele (6).
95 – Panathinaikos (25+24+15+31): Grant (11), Nunn (21), Papapetrou (4), Mitoglou (8), Lessort (17) -cinco inicial-, Grigonis (-), Sloukas (24), Kostas Antetokounmpo (-), Kalaitzakis (2), Vildoza (3), y Juancho Hernangómez (5).
Árbitros: Fernando Rocha (Portugal), Ilija Belosevic (Serbia) y Mehdi Difallah (Francia). Eliminaron por cinco faltas a Campazzo (m.37) y Poirier (m.37).
Incidencias: Final de la Euroliga disputada en el Uber Arena de Berlín ante unos 17.000 espectadores.