Roland Garros: Alexander Zverev se cita con Alcaraz en la gran final
El alemán buscará el domingo su primer título de Grand Slam tras derrotar en las semifinales al noruego Casper Ruud en cuatro set.
Tan improbable es que una final de Roland Garros sea entre dos debutantes en ese escenario, que hay que remontarse hasta 2005 para encontrar la última vez que dos tenistas se enfrentaron en la primera final de sus carreras en este certamen. Los protagonistas de esa ocasión fueron Rafael Nadal y Mariano Puerta. Casi 20 años después, Carlos Alcaraz y Alexander Zverev igualarán el registro.
Luego de que el español quedara con récord de 1-1 en semifinales del major parisino, gracias a su triunfo sobre el italiano Jannik Sinner, Zverev se convirtió en su rival del domingo al vencer al noruego Casper Ruud con parciales de 2-6, 6-2, 6-4, 6-2.
Más que un triunfo, el de Zverev fue un desahogo. El No. 4 del PIF ATP Rankings estaba disputando sus cuartas semifinales (todas consecutivas) de Roland Garros, pero se había quedado corto en 2021 contra Stefanos Tsitsipas), en 2022 contra Nadal y en 2023 contra su víctima de este viernes en poco más de horas y media de juego.
“No puedo describir el sentimiento que tengo ahora. Estoy muy feliz de ganar luego de tanta historia en esta pista. Los mejores y los peores recuerdos los he vivido en esta pista”, dijo Zverev, que en las semifinales de 2022 se lesionó y debió retirarse. “Ahora me voy a dar una oportunidad de ganar el domingo”.
El diestro de 27 años ha tomado revancha ante un jugador que pretendía convertirse en el séptimo jugador en llegar a tres finales consecutivas en París, y que tenía muchas razones para ilusionarse en conseguirlo. El séptimo preclasificado llegaba al duelo siendo el líder de victorias en 2024 (39), el líder de victorias del año en la superficie (21) y el tenista con más partidos ganados en esta superficie en los últimos cinco años (113).
Estos números parecieron explicar su inicio arrollador ante Zverev en la jornada de este viernes. Sin embargo, su gran estado de forma tanto tenístico como físico —había ganado en cuartos por W/O por la lesión de Novak Djokovic— dejó de ser una amenaza para Zverev desde el mismísimo principio del segundo parcial.
El recientemente campeón de Roma quebró en el primer game del segundo set y, desde entonces, solo supo crecer y crecer en nivel y confianza. Después de igualar en sets el marcador a la hora de partido, una ruptura en el 2-2 de la tercera manga siguió hundiendo las esperanzas de Ruud, que tampoco pudo aprovechar el break point cuando Zverev sacaba para set en el 5-4. Además, un virus estomacal se volvió cada vez más incontrolable para el escandinavo.
Y apenas en el game inicial del cuarto, Zverev, 22 veces campeón del ATP Tour, volvió a quebrar para encaminarse hacia su duodécima victoria consecutiva, y la No. 51 de su carrera ante rivales del Top 10. Estos números le permiten ser el primero de su país en la final de este evento desde Michael Stich en 1996. Ahora su récord en semifinales de este evento está en 1-4, y de majors en 2-6.
El domingo disputará su segunda final a este nivel, y primera desde la que perdió en 2020 ante el austriaco Dominic Thiem. Su historial ante su obstáculo lo hace ilusionarse: el alemán lidera 5-4 su Lexus ATP HeadToHead con Alcaraz, y 1-0 en duelos disputados en este torneo (se impuso en sets corridos en los cuartos de final de 2022).
“Iba 2-0 en sets y con quiebre. Y estuve a dos puntos de ganar”, dijo Zverev cuando le preguntaron en su entrevista en pista lo que no quisiera repetir de su único antecedente en una final de este tipo. “Pero ya lo he dicho: no estaba preparado para ganar mi primer título de Grand Slam. Aún tenía cosas de niño, y no sabía lo que significaba esa final, por eso la perdí. Ahora tengo 27, ya no soy un niño. Y si no la gano ahora, ¿entonces cuándo?”.
Ganar lo dejaría en el No. 4 del escalafón tras el torneo, pero lo convertiría en el primer alemán de la Era Abierta en ganar este evento, y el primer jugador de su país en conquistar un Grand Slam desde Boris Becker en Australia 1996.