Copa América: El campeón comienza ganando
Abriendo el grupo A del torneo Argentina superó 2-0 a Canadá, y es líder a falta del duelo de Chile con Perú.
Argentina comenzó su aventura rumbo al bicampeonato en la Copa América con un triunfo de 2-0 ante Canadá, selección que resultó más dura de lo esperado y que incluso llegó a complicar por algunos momentos.
Un chispazo de calidad de Messi al minuto 49 encaminó el triunfo de la Albiceleste, ya que filtró un gran balón que aprovechó Julián Álvarez para marcar el tanto. El segundo llegó ya en el tramo final del partido, al minuto 88, gracias a un Lautaro Martínez.
En medio de un ambiente de euforia del que era difícil de sustraerse, el equipo de Lionel Scaloni salió dispuesto a solventar el choque por la vía rápida. A ello ayudó la valiente apuesta de Jesse Marsch, que adelantó la defensa hasta el centro del campo, juntó líneas y no rehuyó el ataque.
Su meta no abarca esta competición, sino el Mundial, y apostó por mirar a la cara al campeón del mundo. Una temeridad si te enfrentas a Ángel di María o Leo Messi con tantos metros a tu espalda. En diez minutos pudieron dar por solventado el partido, pero el primero estrelló el balón contra el cuerpo del arquero Maxime Crepeau, tras recorrer 20 metros en solitario, y al segundo se le fue por centímetros más allá del poste.
Canadá pudo irse al descanso abajo (un remate desde fuera del área de Leandro Paredes, un cabezazo flojo de Alexis Mc Allister), pero también encontró motivos para reforzar su apuesta, porque al desborde por la banda izquierda de Alphonso Davies solo le faltó rematador y, sobre todo, porque solo Emiliano Martínez, pleno de reflejos, evitó que Liam Millar, a bocajarro, diese la sorpresa (m.43).
No le alcanzó para más, porque al comienzo del segundo tiempo Leo Messi encontró al borde del área a Mc Allister que se topó con el meta y el rechace lo aprovechó a placer Julián Álvarez, para reforzar la apuesta de Scaloni, capaz de dejar en el banquillo al mejor jugador de la Serie A.
Luego la entrada de Lautaro con tiempo suficiente para fallar un gol y anotar otro (m.88), tras pase de su capitán, contentó a todos. Y si no hubo felicidad plena fue porque Messi, pese a plantarse solo en dos ocasiones ante la meta canadiense, no marcó.
No importa, porque el devorador de récords ha puesto la mirilla en la marca de los mejores artilleros, del que, con 13, le separan cuatro goles. Quiere sentarse a la mesa de Zizinho y Tucho Méndez antes de su despedida.