Wimbledon: Barbora Krejcikova es la nueva campeona

La tenista checa, ubicada en el 32° lugar del ranking, dio el golpe en el césped británico para adueñarse de la corona con un 6-2, 2-6 y 6-4 sobre la italiana Jasmine Paolini

La espera mereció la pena. Tres años después de ganar Roland Garros y pasar por todas las presiones que eso conlleva, incluyendo algunas lesiones inesperadas, Barbora Krejcikova cerró una etapa este sábado al conquistar el título en Wimbledon. Tuvo que apretar los dientes ante Jasmine Paolini en un duelo que se fue hasta el tercer set (6-2, 2-6, 6-4), pero fue allí donde precisamente más serenidad mostró, donde realmente demostró cuál de las dos jugaba con el colchón de ser campeona de Grand Slam. Un título que cierra una herida temporal y la devuelve al escenario principal.

Algunos de los que dicen llamarse ‘expertos’ venían criticando estos últimos días el desenlace femenino de Wimbledon 2024. ¿Acaso un Paolini-Krejcikova suponía una mala final para el circuito profesional? Hablamos de una campeona de Roland Garros y ex Nº2 mundial frente a la mujer que más victorias en Grand Slam acumula esta temporada.

Resuelta esta duda con un sonoro tortazo, lo que faltaba por ver era si el partido sería notable o quedaría anulado por alguna de las dos contendientes. Es decir, si el estilo de una dominaría de tal modo a su oponente que en 70 minutos tuviéramos ya repartidos los trofeos. Esta idea, que siempre ronda en el ambiente, cogió bastante peso tras lo visto en la primera manga.

Allí donde Krejcikova, mucho más suelta en sus movimientos y contundente en sus golpes, le asestó un 6-2 de salida a la italiana, confirmando que la hierba es una superficie que cada perfectamente con su patrón, esa mezcla de potencia, efectos y contragolpe que suele poner en práctica cada vez que salta a pista. No hubo color en este primer asalto, como tampoco lo hubo en las gradas.

Por el motivo que sea, la afición británico estaba volcada con Jasmine, una mujer que con su 1’60m de altura lleva demostrando todo el curso que no hay ninguna barrera física que pueda frenar su ambición. Ahora solo faltaba llevar la teoría a la práctica, doblar sus prestaciones para no marcharse con el mismo sabor de boca que hace un mes en París.

Estas palabras que quedan tan bonitas en el texto luego no siempre se cumplen, pero una paseo de la italiana por vestuarios para resetear sus pensamientos ayudó a hacerlo realidad. Se vio rápidamente en su actitud de inicio en la segunda manga, mucho más entregada, más confiada, presionando incluso con un par de gritos en puntos clave para que Barbora viera que no estaba todo el pescado vendido.

Lo tenístico se congeló por momentos y el carácter de ambas pasó a un primer lugar, principalmente el carácter de una Paolini que estaba dispuesta a dejarse la piel con tal de regalarse un tercer set. Y tanto se creció que hasta fue capaz de replicar el mismo marcador: 6-2.

Es complicado explicar cómo puede cambiar tanto un partido en tan poco tiempo. Paolini, que no era capaz de soltar la mano durante todo el primer set, ahora estaba volando en la Centre Court, parecía que jugaba sola.

Y Krejcikova, que apuntaba a un triunfo sólido, rápido y fugaz, de repente caminaba con gesto de preocupación, de haberse visto superada por la situación, de haber perdido por completo el guion de la final. Un vaivén emocional por parte de ambas que se tendría que resolver en un tercer acto totalmente inexplorado, sin favoritismos para ninguna de las dos.

Como ninguna quería perder, la única solución era llegar al 3-3 del tercer set y esperar un error, un mínimo paso atrás que le diera la ventaja a la rival. Ese fallo lo cometió Paolini con su servicio, una doble falta que suponía el primer break del parcial y que le daba alas a una Krejcikova que lo confirmaría a continuación con un juego de apenas minuto y medio de duración.

Aun así, la italiana obligó a la checa a cerrarlo todo con su servicio si de verdad era merecedora del título. Y así lo hizo, sufriendo más en ese juego que en todo el encuentro, pero sellando una jornada inolvidable que la convierte en la nueva campeona de Wimbledon. Allá donde esté, Jana Novotna estará orgullosa de su pupila.

Final

(31) Barbora Krejcikova (CZE) vs (7) Jasmine Paolini (ITA) 6-2, 2-6, 6-4

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