Juegos Olímpicos: Sifan Hassan se corona en el maratón femenino con un récord olímpico

Quien nació en Etiopía pero que ahora representa a Holanda suma así su 3ra medalla olímpica de fondo en París, tras 2 horas, 22 minutos y 55 segundos

Sifan Hassan salió airosa tras un intercambio de codazos con Tigst Assefa en los últimos 150 metros de la maratón femenina y se enfiló el domingo a la victoria para su tercera medalla olímpica del fondo en los Juegos Olímpicos de París.

Hassan, quien nació en Etiopía pero que ahora representa a Holanda, finalizó con un récord olímpico de 2 horas, 22 minutos y 55 segundos. Assefa obtuvo la plata para Etiopía y Hellen Obiri se colgó el bronce para Kenia.

El equipo etíope presentó una protesta para descalificar a Hassan por obstaculizar, pero fue rechazada por el jurado de apelaciones. Dio la impresión que Assefa obstruyó a Hassan, quien fue frenada dos veces antes del intercambio de codazos.

Al cruzar la meta, Hassan alzó sus manos y pegó un grito para luego arroparse con una bandera de Holanda. Con una naranja, Hassan se abrazó con la nepalí Shantoshi Shrestha, cuya sonrisa era igual de radiante que el sol de la mañana de París que les bañaba.

Acto seguido, al entender la magnitud de su victoria, Hassan empezó a llorar de alegría. Hassan se presentó a los Juegos con la intención de emular la gesta del gran Emil Zatopek en Helsinki 1952, cuando el checo barrió los 5.000, 10.000 y el maratón.

No logró repetir tal cual los tres metales de la “Locomotora” Zatapek, pero Hassan se va con un brillante oro. Hassan, de 31 años, había ganado previamente el bronce en los 5.000 y 10.000 metros.

Cumplida la maratón femenina, Hassan corrió más de 62 kilómetros en París. Acumula seis preseas olímpicas. En Tokio, ganó los 5.000 y 10.000 y quedó tercera en los 1.500. Contrario a la tradición, la maratón femenina de los Juegos se disputó en el último día en vez de la carrera de hombres.

En un recorrido montañoso, Hassan apeló a la misma táctica que emplea en el óvalo. Esperó detrás de las líderes durante la mayor parte de la carrera para dejarlo todo con un remate demoledor al final, uno que es considerado como uno de los mejores que se hayan visto en la historia del atletismo.

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