La atleta chilena sigue confirmando su buen presente con un nuevo triunfo internacional, esta vez ante un Estadio Nacional repleto entre ellos sus padres y da el octavo oro al Team Chile.

El atletismo se confirma como la disciplina que ha vuelto a entregarle alegrías a Chile, que pasó varios días sin subirse al podio de los Juegos Panamericanos. Esta vez ha sido Martina Weil la que consiguió una medalla de oro para los locales, al imponerse en la final de los 400 metros.

En la lluviosa jornada en la pista del Estadio Nacional, la velocista local se impuso con un tiempo de 51’’48, con el que superó a la ecuatoriana Nicole Dayci Caicedo (51»76) y a la colombiana Evelis Aguilar (51»95). Se trata de la tercera presea que logra la delegación anfitriona en atletismo, luego de los triunfos del discóbolo Lucas Nervi y el decatleta Santiago Ford.

“¿Qué significa para mí correr? El correr es algo que me trae una felicidad y una paz y es como una manera de concentrar todo lo que soy y de demostrar todo lo que tengo para dar en la pista”, dijo la hija de los atletas Ximena Restrepo y Gert Weil.

Martina Weil fue ovacionada por el público que llegó al recinto y que celebró la tercera medalla de oro para el atletismo chileno. Y la octava para un Team Chile que vuelve a soñar en grande en Santiago 2023.

Así, Martina Weil culmina con éxito una temporada brillante. Volvió a superar el récord nacional luego de alcanzar 51.07 en Polonia y ahora, en una noche difícil de olvidar, cumplió un nuevo sueño: ya es la campeona panamericana. Y a partir de mañana va por más. La ruta hacia Paris 2024 es su próxima batalla.

Con su victoria, se suma a la tradición familiar de celebrar en la cita deportiva más importante del continente. La madre de Weil, la atleta colombiana Ximena Restrepo también consiguió la medalla de plata panamericana en esta distancia en La Habana 1991 y un año después logró el bronce en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

Su padre, el lanzador de bala Gert Weil, fue oro continental en su especialidad en Indianápolis 1987 y La Habana 1991, además de plata en Caracas 1983 y el bronce en Mar del Plata 1995, siendo el abanderado chileno en los Juegos Olímpicos de Seúl.

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