La NBA cerró ayer domingo su temporada regular y este martes arranca el ‘play in’ que da las últimas cuatro plazas (dos por Conferencia) para las rondas finales de Playoffs.

Y llegó lo esperado este domingo, pues la NBA puso punto final a su temporada regular, tras seis meses y 1.230 partidos que darán paso a partir del martes por tercera vez desde su instauración en 2021 al play-in, la última puerta de acceso para cuatro equipos (dos por conferencia) a los playoffs, que comenzarán el próximo sábado 15 de abril. La final de la liga norteamericana al mejor de siete partidos arrancará el 1 de junio.

La última jornada de la NBA cumplió los pronósticos con las tres victorias que hacían falta a los que luchaban por las dos plazas de playoffs que quedaban, que fueron para los que entraban a este domingo 9 de abril con ventaja. Ésos eran Warriors, ganador por tremenda pegada en Portland, y Clippers, vencedor por bastante menos en Phoenix. Los Lakers, el otro en la terna, vencieron sin tener ninguna facilidad a los Jazz en el Staples (ahora llamado Crypto Arena para no otra cosa que el mareo del aficionado) para quedarse con el poco querido séptimo puesto que obliga a trabajarse aún más el acceso a las series de siete partidos.

Eran los tres duelos en los que sólo uno de los conjuntos se jugaba algo, de ahí a que el resultado fuera predecible aunque la pelea dio como resultado dos de tres en cuanto a partidos de calidad. Pero había otro que también decidía cosas, un choque directo por posición entre Timberwolves y Pelicans en Mineápolis (por las reglas del desempate, con los Pels sólo una victoria por debajo, el que ganara también iba a quedar octavo). Los Clippers no podían jugar a perder sin saber lo que New Orleans iba a hacer, ya que ganando los de Green les sacaban de todo punto. Un impedimento que cerró la opción del pasteleo, que también se agradece, pero que envía a los Clips a un asador de pollos: medirse a los propios Suns con los que jugó este domingo.

En esta jornada final de la NBA tuvimos pelea en el Oeste, no así en un Este que ya estaba completamente sellado. En la conferencia más lejana a Europa teníamos incluso un Nuggets-Kings, primero contra tercero, pero claramente descafeinado. Se anduvieron reservando de cara los playoffs. Los Warriors se fueron rápidamente de su rival en el solar del Oregón (101-157 a los Blazers), los Clippers tuvieron que echar buena mano de Kawhi (114-119 a los Suns) y los Lakers, a la expectativa, ganaron sin que ello sirviera para llegar al objetivo (128-117 a los Jazz). Faltó la guinda final, el 113-108 de los Timberwolves a los Pelicans en su casa.

Ese último partido, el que más tarde acabó, fue el que puso el picante. En uno de los tiempos muertos del primer tiempo, cuando los Wolves perdían por doce puntos, Rudy Gobert lanzó un puñetazo a su compañero Kyle Anderson que por poco conecta en la cara. La franquicia le retiró del partido y le mandó a casa. Por frustración, suponemos, Jaden McDaniels le pegó un golpe a la pared del túnel de vestuarios un rato después y tras una prueba médica se ha calificado de rota su mano derecha. Pero es que esto habría quedado en menos, que ya es, si el equipo no hubiera remontado el marcador con un Anthony Edwards decisivo y se hubiera colocado octavo, contra los Lakers y a un sólo paso de entrar en las eliminatorias por el título.

Resumen del domingo

Phoenix Suns 114-Los Angeles Clippers 119

Portland Trail Blazers 101-Golden State Warriors 157

Los Angeles Lakers 128-Utah Jazz 117

Toronto Raptors 121-Milwaukee Bucks 105

Dallas Mavericks 117-San Antonio Spurs 138

Boston Celtics 120-Atlanta Hawks 114

Washington Wizards 109-Houston Rockets 114

Brookyn Nets 105-Philadelphia 76ers 134

Miami Heat 123-Orlando Magic 110

Cleveland Cavaliers 95-Charlotte Hornets 106

Chicago Bulls 103-Detroit Pistons 81

New York Knicks 133-Indiana Pacers 139

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