De la mano de Sinner los italianos vencieron 2-0 a los oceánicos y vuelven a levantar el título que ganaron en 1976 frente a Chile.

Jannik Sinner, ahora mismo, está tocado por los dioses. Todo lo que intenta le sale, todo lo que imagina se convierte en realidad. Su impecable actuación en la Final 8 de Málaga tuvo la guinda frente a su amigo Alex de Miñaur, a quien ha vencido con aplastante autoridad: 6-3 y 6-0 en una hora y 21 minutos. 

Su victoria llegó después del agónico triunfo de Matteo Arnaldi sobre Alexei Popyrin por 7-5, 2-6 y 6-4 en dos horas y 27 minutos.

El tenis italiano llevaba esperando este momento durante mucho tiempo. Porque el único título que figuraba hasta hoy en el palmarés del tenis italiano era el conseguido en 1976 con otra generación de oro, la que conformaron Adriano Panatta, Paolo Bertolucci y Corrado Barazzutti bajo la capitanía de otra leyenda, Nicola Pietrangeli venciendo a Chile.

La generación de los Sinner, Arnaldi, Lorenzo Musetti, Lorenzo Sonego, respaldados por el veterano Simone Bolelli y el lesionado Matteo Berrettini desde el banquillo y un capitán, Filippo Volandri, que ha construido «una familia» durante los dos años que lleva en el cargo, ha entrado en el Olimpo del tenis.

Italia se convierte en la décimoprimera nación que consigue, como mínimo, dos títulos de la Copa Davis.  Para Australia, de nuevo, el sabor amargo de haberse quedado a las puertas del título. Como sucediera hace doce meses ante Canadá, no hizo falta que se jugara el dobles para coronar al campeón.

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